La sala Tutti Frutti está dando
sus primeros pasos por el Jardín...¡Y qué mejor manera de hacerlo que jugando!
Es así como por medio de distintas actividades estuvimos conociendo a nuestros
compañeros, maestras, profesores (Celi, Juampi y Celén) y el espacio de la
sala.
Todos los días nos saludamos y,
usando nuestras fotos, descubrimos quiénes vinieron al Colegio y quiénes se
quedaron en su casa. Para los que ese día no están, salen volando por la
ventana muchos besos para que sepan que los extrañamos.
Tito nos acompaña en todo momento,
nos llena de abrazos de oso y siempre nos trae sorpresas en su mochila. Es así
como convertimos la sala en una playa y jugamos con arena, potecitos y baldes;
preparamos comida con masa; limpiamos con rodillos el pizarrón, el piso, las
mesas, las sillas y todo aquello que estuviese a nuestro alcance; jugamos con
espuma en las mesas; nos convertimos en artistas y pintamos un mural lleno de
colores.
Imposible olvidarnos del lío que
hizo un día nuestro amado Tito con el papel higiénico...¡fue tan divertido!
Disfrutamos mucho de nuestros
momentos de juego en la terraza o en el patio: Salimos a pasear en el auto, nos
tiramos por el tobogán, jugamos a atraparnos pero fundamentalmente somos
grandes constructores.
Por último, salimos a recorrer el
Jardín y con nuestras lupas de detectives nos pusimos a investigar cada lugar. ¡Qué lindo fue el paseo! Conocimos
otras salas que están lejos de la nuestra, vimos chicos pintando con esponjas o
dibujando con tizas blancas, otros que estaban jugando y maestras que usan el
mismo delantal que Belu y Marian. Visitamos a Pato y a Mili quien nos compartió
un tesoro con caramelos de muchos colores.
Nos quedan TANTAS sorpresas por
compartir que próximamente les seguiremos contando sobre nuestras aventuras en
el Sana...
Los Tutti Frutti, Belu y Marian